¿Existe el “pecado original”
en el Antiguo Testamento?
Muchos creen que la idea del pecado original está firmemente arraigada en el Antiguo Testamento, específicamente en la historia de Adán y Eva. Pero, ¿es realmente así?
Para responder a esta pregunta, debemos regresar al texto original y examinar cuidadosamente lo que dice —y lo que no dice.
En el relato del Génesis, encontramos que Adán y Eva desobedecen a Dios al comer del fruto prohibido:
Y la mujer percibió que el árbol era bueno para comer y que era un deleite para los ojos y que el árbol era deseable como un medio para obtener sabiduría, y tomó su fruto y comió; y también le dio a su marido con ella y este comió.
Génesis 3:6
Esta desobediencia tiene consecuencias. Dios los expulsa del Jardín del Edén y les impone ciertas maldiciones. Sin embargo, el texto hebreo no menciona algo que pueda traducirse como “pecado original” o sugiera que esta transgresión se transmita automáticamente a toda la humanidad.
De hecho, la idea de una culpa heredada contradice otros pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en Ezequiel leemos:
"El alma que peque, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él".
Ezequiel 18:20
Este versículo enfatiza la responsabilidad individual, un concepto recurrente en el pensamiento hebreo.
Entonces, ¿de dónde surge la idea del “pecado original”?
Esta noción se desarrolló principalmente en la teología cristiana, especialmente a través de los escritos de San Agustín en el siglo IV d.C. Agustín interpretó ciertos pasajes del Nuevo Testamento, particularmente de las cartas de Pablo, para argumentar que toda la humanidad heredó la culpa del pecado de Adán.
¿Significa esto que el episodio de Adán y Eva carece de importancia? Para nada. La narración del Génesis es un claro ejemplo de la naturaleza humana, el libre albedrío y las consecuencias de nuestras decisiones.
Pero hay algo más en esta historia que a menudo pasa desapercibido. Inmediatamente después de la transgresión, Dios pronuncia una serie de maldiciones, incluyendo una misteriosa profecía:
"Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia. Él te golpeará la cabeza y tú le morderás el talón".
Génesis 3:15
¿Qué significa exactamente esta enemistad entre la simiente de la mujer y la de la serpiente?
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