¿Por qué Dios eligió a Judá para ser
el antepasado del Mesías y no a José?
Cuando pensamos en los hijos de Jacob, José suele ser el primero que nos viene a la mente. Su historia de ascenso desde la esclavitud hasta convertirse en el segundo al mando de Egipto es una de las más memorables del Antiguo Testamento. Sin embargo, no fue José, sino Judá, quien fue elegido para ser el antepasado del Mesías. ¿Por qué Dios tomó esta decisión aparentemente contraintuitiva?
A primera vista, José parece ser el candidato ideal. Es descrito como un hombre justo, fiel a Dios incluso en las circunstancias más difíciles. Resistió las tentaciones de la esposa de Potifar, interpretó los sueños del Faraón y salvó a Egipto de una hambruna devastadora. En contraste, la historia de Judá incluye momentos de debilidad moral, como cuando sugirió vender a José como esclavo o cuando se acostó con su nuera Tamar, creyendo que era una prostituta.
Pero si miramos más de cerca, vemos que la elección de Dios tiene un propósito profundo.
La clave está en el crecimiento y desarrollo del carácter de Judá a lo largo de la narrativa bíblica. Al principio, Judá parece ser egoísta y poco confiable. Sin embargo, hacia el final de la historia de José, vemos un cambio dramático en su carácter.
Cuando Benjamín es acusado de robo en Egipto, es Judá quien se ofrece como esclavo en su lugar:
"Por eso, ahora, por favor, permite que tu siervo se quede en lugar del joven como un siervo para mi señor, y que el joven suba junto con sus hermanos".
Génesis 44:33
Este acto de sacrificio muestra un cambio radical en Judá. Ha pasado de ser alguien que vendería a su propio hermano a alguien dispuesto a sacrificarse por el bien de su familia.
José, por otro lado, aunque es justo y fiel, permanece más o menos igual a lo largo de su historia. Su rectitud es admirable, pero no vemos en él el tipo de transformación dramática que vemos en Judá.
La elección de Dios de Judá nos enseña una lección importante: Dios no busca la perfección, sino el crecimiento y la disposición al cambio. La historia de Judá es un testimonio del poder de la redención y la transformación, temas centrales en la narrativa bíblica y en la misión del futuro Mesías.
Además, la bendición de Jacob a Judá en su lecho de muerte es profética:
"No se apartará el cetro de Judá ni el erudito de entre sus descendientes, hasta que llegue Siloh y en él se congregarán los naciones".
Génesis 49:10
Esta bendición establece a Judá como el linaje real, preparando el camino para el reinado de David y, en última instancia, para el Mesías.
La elección de Judá nos recuerda que Dios ve más allá de nuestras acciones inmediatas y mira el potencial de nuestros corazones. Nos muestra que incluso aquellos que han cometido errores graves pueden, a través del arrepentimiento y el crecimiento, convertirse en instrumentos de los propósitos divinos.
Hablando de elecciones divinas aparentemente contraintuitivas, ¿por qué Dios eligió específicamente a Jacob para establecer su pacto con la humanidad, en lugar de su hermano mayor Esaú?
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