¿Por qué Dios permite la pena de muerte

en el Antiguo Testamento?

Para muchos lectores modernos, la idea de que Dios permita o incluso ordene la ejecución de personas parece contradecir la imagen de un Dios amoroso y misericordioso.

Pero ¿qué estamos pasando por alto?

En el antiguo Cercano Oriente, la pena de muerte era una práctica común y ampliamente aceptada. En este contexto, las leyes del Antiguo Testamento sobre la pena capital no eran particularmente severas; de hecho, en muchos aspectos, eran notablemente más moderadas que las de las culturas circundantes.

Por ejemplo, en el código de Hammurabi, un conjunto de leyes babilónicas que precedió a la Torá, la pena de muerte se prescribía para delitos como el robo. En contraste, la ley mosaica reservaba la pena capital para los crímenes más graves, como el asesinato premeditado:

"Aquel que golpee a un hombre, de modo que muriere, ciertamente será muerto".

Pero incluso en estos casos, la ley bíblica introdujo salvaguardias jurídicas revolucionarias para su época. Por ejemplo, se requería el testimonio de al menos dos testigos para condenar a alguien a muerte:

"No comparecerá ningún testigo único contra un hombre respecto de cualquier iniquidad o de cualquier yerro, en relación a cualquier pecado que haya cometido, pues según el testimonio de dos testigos o según el testimonio de tres testigos se decidirá todo caso".

Además, la ley establecía ciudades de refugio donde los acusados de homicidio involuntario podían buscar protección hasta que se determinara su culpabilidad o inocencia. En Números Dios le dice a Moisés:

"Habla a los hijos de Israel y di a ellos: Cuando crucen el Jordán hacia la tierra de Canaán, designarán para ustedes ciudades, ciudades de asilo serán para ustedes, para que pueda fugarse allí un homicida que mató accidentalmente".

Es importante notar que estas disposiciones no solo protegían al acusado, sino que también prevenían los ciclos de venganza que eran comunes en las sociedades de la época.

Estas mismas leyes y salvaguardias llevaron a los sabios a concluir que la pena de muerte en realidad rara vez se aplicaba. Pero sin duda eran leyes que buscaban influenciar en el comportamiento del hombre, haciéndoles reflexionar sobre las consecuencias de sus actos más repudiables.

Ahora, hay un episodio en particular que deja consternado a más de uno y que al parecer nos muestra a un Dios dispuesto a matar sin razón alguna.

Se trata del confuso momento en que Dios casi mata a Moisés después de encomendarle liberar a Su pueblo en Egipto. ¿Por qué Dios haría algo así?

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